domingo, 12 de julio de 2015

FUNDAMENTOS CONCEPTUALES DE LA MISIÓN SUCRE (EXTRACTO DE MISIÓN SUCRE COMPENDIO BÁSICO)

A CONTINUACIÓN LES PRESENTO UN EXTRACTO DEL DOCUMENTO FUNDAMENTOS 
CONCEPTUALES  DE LA MISIÓN SUCRE, EN AQUELLOS ASPECTOS MÁS IMPORTANTES SOBRE 
EL MODELO EDUCATIVO.

La educación superior no es solamente un asunto de carreras, títulos y grados. Es centralmente una instancia de participación en el conocimiento.
Justamente, el aceleramiento de los cambios tecnológicos, políticos, culturales, sociales y éticos ha puesto de relieve la necesidad de la educación a lo largo de toda la vida y, para ésta la educación superior ha sido considerada una plataforma privilegiada. Pues a esta le toca generar procesos de aprendizaje abiertos y permanentes, tanto como abrir puertas para que tales aprendizajes tengan lugar.
Ello requiere que la educación superior venezolana en un tiempo perentorio asuma el reacomodo, reforma, cambio y/o transformación de sus estructuras y procedimientos académicos y administrativos, que hagan propicio el cabal cumplimiento de su misión social. La revisión o cambio que debe realizarse en la educación universitaria  debe conducir a transformaciones profundas en la concepción de lo académico, de lo administrativo, de lo financiero, a un rediseño del modelo de relaciones entre y con los estamentos profesorales, estudiantiles, administrativos y de servicios, que le permitan y favorezcan un nuevo plano de interrelaciones y vinculaciones entre ellos, con la comunidad, con el Estado, con el aparato productivo y otras instituciones nacionales e internacionales.[1]

            El objeto primordial de la Misión Sucre es conformar y consolidar una red de todas aquellas instancias, instituciones y factores vinculados a la educación superior, que resuelva el problema del cupo universitario, a través de la generación de nuevos espacios y creación de nuevas modalidades de estudios convencionales y no convencionales.  La idea es propiciar la transformación de todas las prácticas obstaculizadoras, los métodos de selección y admisión excluyentes, y de aquellas concepciones  negadoras del derecho a la educación para todos y todas. Igualmente, promover la reflexión, discusión, concepción e implantación de nuevos modelos educativos universitarios, con base en los imperativos de la democracia participativa y protagónica, el diálogo con los actores involucrados teniendo como referencia fundamental el proceso histórico, social, político y económico que vivimos.
             
     Directrices de la Misión Sucre. Concebida así la Misión Sucre se despliega de acuerdo a las siguientes directrices básicas:

Movilización Social
Universalización:
Diferenciación en las trayectorias formativas:
Municipalización[2]:
Innovación y Flexibilización Académica:
Sentido de Propósito y Trascendencia de la Formación:
Construcción de ciudadanía:
Transformación institucional:

. Por municipalización entendemos un proceso que haga posible que los estudios superiores estén indefectiblemente vinculados al contexto socio-cultural en el que se realiza la práctica educativa. Por ello, la educación superior debe tener:
  • pertinencia socio-cultural, es decir, en principio debe haber el re-conocimiento de la diversidad cultural y étnica, lo que significa  reivindicar y dialogar con los acervos y saberes regionales. Una educación orientada hacia los contextos, problemáticas y cultura regional y local.  Esto conlleva a que necesariamente se deban planificar, evaluar y utilizar estrategias y recursos mediados por estas especificidades;
  • participación y corresponsabilidad, esto es, crear y producir saberes y conocimientos bajo los principios del aprender a aprender y del aprender haciendo      en un proceso de desarrollo local, sustentable y endógeno, promoviendo la generación, en términos de Edgar Morin, de la ciencia con conciencia,
  • generación de la defensa de lo propio y de la valorización del  lugar de origen y pertenencia. Si se propicia una educación con un currículo flexible, adaptado y adecuado al contexto local, y si a esto se le suman los sentidos de propósito, participación y corresponsabilidad, esto posibilita y propicia la creación de un sentido de arraigo, de pertenencia, al mismo tiempo que influye en la permanencia de los estudiantes en su proceso educativo[3], no los excluye, al contrario, los implica, los involucra, los hace sentir y formar parte del lugar en el que viven[4].

La Misión Sucre es un plan extraordinario, estratégico y coyuntural que implica una nueva forma de pensar la educación superior y está definida por las siguientes características:
  • La generación de aprendizajes, saberes y haceres en el marco de un conjunto de oportunidades, espacios, lugares, condiciones y modalidades de formación de la práctica educativa universitaria.
  • La adaptación de los estudios universitarios a las particularidades de las diferentes regiones y localidades, sus pobladores, problemáticas, expectativas y necesidades específicas de desarrollo.
  • La corresponsabilidad entre todos los participantes: bachilleres, docentes, instituciones universitarias, gobiernos regionales y locales, sectores productivos, comunidades y el gobierno nacional.
  • La contraloría social, ejercida por todos los actores vinculados al proceso.
  • La ampliación de las oportunidades de formación universitaria y de los lugares de aprendizaje y, particularmente, la comprensión del trabajo y la vida social como espacios de aprendizaje.
  • La actualización permanente y la vinculación nacional e internacional.
  • El aprovechamiento de las tecnologías de la información y la comunicación.
  • La realización de la tarea de la revisión y cambio del actual modelo predominante de la educación superior, que posibilite una nueva forma de concebir, planificar y orientar la educación universitaria en Venezuela.
En síntesis la Misión Sucre pretende ser:
  • un espacio para la participación y el ejercicio de la ciudadanía;
  • una acción que promueva el desarrollo local, regional y nacional;
  • un programa de educación superior vanguardia del proceso de cambios que este sector requiere;
  • una práctica educativa innovadora que ofrezca oportunidades de estudios universitarios e implemente modalidades educativas que posibiliten el desarrollo de competencias y actitudes cónsonas con el ejercicio de una ciudadanía responsable.

Objetivos Específicos:
  1. Cuantificar y caracterizar la población de bachilleres que no han podido acceder a la Educación Superior.
  2. Diseñar e implantar un Programa de Iniciación Universitaria (PIU), que favorezca el tránsito de los bachilleres a la educación superior.
  3. Aumentar la matrícula en las instituciones de educación superior (IES).
  4. Conformar una red que integre a todas aquellas instituciones y organizaciones que puedan cooperar de manera  sustantiva en el desarrollo y consolidación de la Misión Sucre.
  5. Desarrollar currículos que contribuyan e impulsen el Proyecto de Desarrollo Nacional endógeno y sostenible.
  6. Propiciar el desarrollo de un currículum abierto, flexible, dinámico e innovador que permita desarrollar e innovar planes y programas de estudio, metodologías y recursos para el aprendizaje, y que prevea la implementación de modalidades de formación como: la presencial, la semipresencial, la educación a distancia, la no convencional, y la acreditación de experiencias, entre otras.
  7. Promover estrategias de transformación del sistema de educación superior, con base en el desarrollo endógeno y sostenible, que impacten en lo local, lo regional y lo nacional, que simultáneamente corrijan todas aquellas anomalías y desaciertos que han venido caracterizando a este sector educativo (admisión, sesgo social, deserción, calidad de la enseñanza etc.).


La Misión Sucre pretende:
  • el desarrollo de competencias y actitudes para el ejercicio pleno de una ciudadanía responsable; comprometida con los problemas, necesidades y exigencias del país;
  • la elevación del nivel educativo del venezolano y su acceso a la formación integral y a lo largo de toda la vida, como forma de empoderamiento de la población que le permita ganar y abrir nuevas opciones de crecimiento personal y de participación social, económica, cultural y política;
  • la disminución de las desigualdades sociales en el área educativa, y su impacto favorable en la disminución de las brechas de desigualdad en otras áreas;
  • el fortalecimiento de las capacidades nacionales, regionales y locales para la producción económica con sentido social y responsabilidad ambiental; para la garantía de los derechos a la participación, la libre expresión, la salud, la educación y, en general, a una vida digna; para la gestión social participativa y la gobernabilidad; para la comprensión del país, sus regiones y localidades en su diversidad; para la conservación, rescate y enriquecimiento de nuestro patrimonio cultural y ambiental; así como para nuestra participación en el mundo desde una posición de soberanía nacional, integración latinoamericana y caribeña, defensa de la paz y solidaridad entre los pueblos.

Por tanto, al masificar la educación superior a través de la desconcentración  del sistema y la creación de nuevas modalidades, alternativas y oportunidades de estudio en todo el territorio nacional se generará un gran impacto, que en términos generales puede delimitarse de la siguiente manera:
v  En el plano personal: la incorporación a los estudios superiores de cada uno de los participantes está asociada a la adquisición de nuevos conocimientos y la participación en la cultura, a la ampliación de horizontes y al desarrollo personal, al conocimiento de nuevas personas, el reconocimiento de sí mismo y el encuentro humano; a la valoración positiva de la familia y la generación de referentes para las nuevas generaciones, al desarrollo de capacidades para pensarse y repensarse a sí mismo y a su entorno, para idear y realizar proyectos y ser útil a los demás.
v  La incorporación de la educación superior al ámbito local y cotidiano, deberá fortalecer las relaciones de solidaridad de la comunidad y la capacidad protectora de la familia; fortalecer actitudes positivas para la convivencia, desarrollar capacidades para la organización y la acción colectiva, incidir favorablemente sobre otros procesos educativos; impactar positivamente en la salud y actuar como factor preventivo en relación al riesgo social.
v  En el plano social, las relaciones que se establecen desde el empoderamiento (derivado del acceso al conocimiento) de la persona sobre sus potencialidades y fortalezas, le permite unirse con otros para el logro de objetivos colectivos en diferentes ámbitos.
v  En el plano político el incremento del nivel educativo fomenta la participación y el ejercicio de los derechos ciudadanos, así como mayor participación en los servicios sociales, a la vez, que permite la creación de una nueva cultura política y de los nuevos ciudadanos republicanos. 
v  En el plano económico el acceso al conocimiento abre oportunidades para actividades productivas más allá del empleo, la creación y recreación de formas de vida y relaciones productivas desde la solidaridad y el cooperativismo, formas asociativas de distinta naturaleza en donde las ganancias generadas por la fuerza de trabajo sean distribuidas de forma justa entre los trabajadores.

En el plano transectorial, la estructura de las Misiones Sucre, Robinson y Ribas desarrolladas por el Estado durante el año 2003, intenta dar mayor flexibilidad y efectividad a la acción del Estado, impulsando la transectorialidad y la capacidad de reorganizarse conforme a las necesidades y
v  prioridades nacionales, para dar respuesta a los nuevos retos de participación e inclusión que se establecen en las disposiciones constitucionales y el plan de desarrollo de la nueva república[5].





[1] En los países de América Latina, a partir de la década de los noventa, se evidenció la necesidad de transformar la educación superior, se produjeron discusiones en torno a nuevas propuestas de leyes de educación superior, nuevas modalidades de estudio y uso de las nuevas tecnologías de la información, entre otros. Ver García Guadilla; 17-37: 2003.     
[2] En el sentido de que uno de sus referentes principales sea la ubicación geoespacial, geohistórica, geosocial, geocultural y geoeconómica de la práctica educativa universitaria.
[3] A manera de ejemplo, puede señalarse que, a partir del método de proyectos y de solución de problemas, desde la cotidianidad del estudiante, y su vinculación a su contexto sociocultural y geográfico, proponer ejercicios, investigaciones de diversa índole, trabajos de campo, excursiones y visitas guiadas; fomentando simultáneamente el arraigo y el amor por lo propio.  Véase a Carlos Lanz (comp.): Teoría critica y currículo: Contribución al desarrollo curricular del PEN. Clemente Editores; 2002.
[4] Este proceso requiere: a) que los distintos gobiernos locales se incorporen al objetivo de llevar los estudios superiores, a las diferentes regiones y municipios; b) impulsar las distintas modalidades de encuentro con los participantes según sus necesidades y disponibilidad (diurnos, nocturnos, semanales, fines de semana, quincenales, etc.); c) utilizar distintos recursos para el aprendizaje: videos, programas de radio y tv., correo electrónico, bibliografías, materiales en formato electrónico; d) utilización de espacios físicos, como las aulas de escuelas básicas y liceos y de otras instituciones educativas (que no tengan jornadas nocturnas o de fines de semana), así como el acondicionamiento de espacios en diferentes  instituciones públicas como: cuarteles (que posean espacios aptos), locales de organizaciones sociales y cualquier espacio que pudiese ser habilitado para la formación; lo que implica el reconocimiento y la legitimación de nuevos espacios para el aprendizaje (pues de lo que se trata es de convertir a Venezuela en un gran espacio para el aprendizaje y enseñanza al servicio de los intereses, problemáticas, necesidades y aspiraciones de superación de las grandes mayorías nacionales); y e) la incorporación de un grupo importante de voluntarios (profesionales universitarios de diversas especialidades), quienes con  cursos intensivos de formación pedagógica, participen en la Misión como docentes.

[5] En tal sentido, y con la intención de generar una dinámica social signada por la transferencia de poder al pueblo, a través del acceso al conocimiento y la información, ha sido necesario el desarrollo de programas integradores para garantizar el ejercicio del derecho a la educación en todos los niveles y las instituciones. Este proceso no es exclusivo del sector educativo, en el sector salud, por ejemplo, podemos observar la misma tendencia en donde para garantizar el derecho a la salud, ha sido necesario desarrollar planes como Barrio Adentro, Prosa y Bolívar 2000. El plan Barrio Adentro consiste en la incorporación de médicos en los sectores populares del país, para atender los requerimientos de salud a nivel primario. El plan Prosa es un programa de salud, coordinado por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social y la Fuerza Armada. Y el plan Bolívar 2000 tiene que ver con la participación de la Fuerza Armada en relación con aspectos vinculados a: operativos de salud, infraestructura social, emergencias nacionales, vivienda, etc.  

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